Portugal: el Bloco pide un gobierno de izquierda

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Por Dick Nichols, Lisboa, traducción para www.sinpermiso.info por Gustavo Buster

09/12/12 -- Un fantasma recorre Portugal: el fantasma de Grecia y de Syriza, el partido de su izquierda radical. Todos los poderes de la Europa neoliberal, encabezados por la canciller alemana, Ángela Merkel, han entrado en una alianza impía para exorcizar ese fantasma.

Acompañada por los representantes de las grandes empresas alemana, Merkel no tuvo otro remedio que durante seis horas soportar el asedio de los manifestantes en Lisboa el 12 de noviembre. Felicitó al Primer Ministro de Portugal, Pedro Passos Coelho, por su "valentía" al aplicar los programas de austeridad (una "historia de éxito"), e instó al líder político más impopular del país a no ceder un ápice.

Dos días antes, el político más respetado de Portugal, Francisco Louçã, anunciaba su retirada como coordinador nacional del Bloco de Esquerda en la VIII convención nacional del partido: "Lucharemos sin tregua por la renuncia de Passos Coelho" porque "el pueblo no puede soportar la destrucción, el desempleo, el empobrecimiento y la degeneración económica".

Como resultado de las políticas impuestas como condición para la concesión del "paquete de rescate" de 78 mil millones de euros por la Unión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional (la Troika), las políticas de austeridad han contraído la economía portuguesa un 3,3% este año, hasta septiembre de 2012 .

La cifra de paro oficial ha aumentado del 12,4% al 15,8% y el paro juvenil del 30% al 39%. Los jóvenes están abandonando a chorros el país en busca de trabajo y un número cada vez mayor de personas están pasando hambre en Portugal.

Para Louçã, la alternativa a las políticas de austeridad y destrucción del sector público de Passos Coelho es un gobierno de izquierda, un "gobierno de los movimientos sociales que se movilizan a través de las arterias de la República".

Una referencia a las continuas oleadas de protesta que han alcanzado un nuevo máximo con las manifestaciones que llegaron a congregar a 1 millón de personas en todo Portugal el 15 de septiembre, seguidas de grandes protestas de los sindicatos el 29 de septiembre.

Las líneas de falla

Sin embargo, un gobierno de izquierda pareciera un castillo en el aire cuando el Bloco sólo recoge el 7,5% en intención de voto en el último sondeo de opinión. Aun con el apoyo añadido de la Coalición de Unidad Democrática (CDU), dirigida por el Partido Comunista Portugués (PCP), el respaldo a las fuerzas que abogan por un gobierno de izquierda sólo llega al 17,1%.

Y ello contra el 34,2% que aún apoya a los partidos de la coalición gobernante: el Partido Social Demócrata (PSD), con el 26,3%, y el Centro Democrático y Social-Partido Popular (CDS-PP), con el 7,9%.

Hay que sumar además los apoyos del Partido Socialista (PS), que actualmente encabeza las encuestas con un 32,1%, y el grado de respaldo a las cinco fuerzas principales en el campo de batalla político portugués todavía se mantiene dentro de sus marcos históricos, a pesar del dolor social sin precedentes.

Sin embargo, la sensación de que los días del gobierno están contados crece día a día. Izquierda El dirigente de la fracción parlamentaria del Bloco, Luis Fazenda explicó a la convención que "el viento está cambiando, el Gobierno de Passos Coelho y Paolo Portas [líder del CDS-PP y ministro de relaciones exteriores] se ha agotado". Añadió que "ahora es el momento de la verdad, de encontrar el camino político correcto".

Las propias tácticas del gobierno reflejan esa sensación de estar en punto de inflexión. Mientras la convención del Bloco tenía lugar, Carlos Abreu Amorim, jefe adjunto del grupo parlamentario del PSD, ofreció el Partido Socialista "una invitación seria y patriótica ... para tomar parte en la reconstrucción del Estado portugués".

En este sentido, Avorim declaró: "Tenemos que saber si [el líder del Partido Socialista] Antonio José Seguro prefiere aliarse con y, eventualmente, atarse a, un partido extremista sin soluciones para Portugal [el Bloco de Esquerda] o por el contrario llegar a un acuerdo con la mayoría a favor de un cambio de régimen para que Portugal no vuelva a caer en la situación tremenda en la que se encuentra postrado en este momento ... ahora no es el momento para dudas ni para posibilismos".

Pero la única manera en la que el Partido Socialista puede mantener, sin embargo, su base social es a través de "dudas y posibilismos", combinados con un populismo ruidoso contra el gobierno. En su discurso en la convención Louçã describió al Partido Socialista como un "partido de protesta y muchas veces de protesta en contra de sí mismo" populista, y agregó que "el Bloco de Esquerda es una barrera contra el populismo".

La estrategia del Partido Socialista combina tratar de amenazar a la Troika –tendréis que lidiar con otra Grecia si no se renegocia los pagos de la deuda portuguesa- con un "plan alternativo" para pedir a los organismos europeos que aumenten el crédito a las pequeñas y medianas empresas.

Mientras tanto, en palabras del miembro de la secretaria nacional del Partido Socialista João Ribeiro, publicadas en el diario O Público, "sería irresponsable arriesgar la financiación de Portugal, sería irresponsable dar al traste con los compromisos del Estado. Ese no es el camino del Partido Socialista". La eurodiputada del Partido Socialista Edite Estrela desechó la propuesta del Bloco de un gobierno de izquierda como "insincera".

Los portavoces del Partido Socialista tampoco pierden nunca la oportunidad de culpar a la moción de censura del Bloco contra el anterior gobierno del Partido Socialista de José Sócrates de ser la causa de la actual pesadilla de Passos Coelho.

Por el momento, el Partido Socialista está a salvo de la suerte del PASOK en Grecia (5,5% en la última encuesta) y del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) (23,9%), por estar en la oposición y por el sentimiento aun generalizado de que el “rescate” de la Troika era inevitable.

Otro factor importante que ayuda al Partido Socialista es que la colaboración entre las fuerzas a su izquierda, el Bloco de Esquerda y el Partido Comunista (PCP), sigue siendo limitada. A pesar de haber propuesto una moción de censura conjunta contra el gobierno a principios de octubre, la perspectiva de otras formas de colaboración más importantes, como una alianza electoral para las elecciones municipales de 2013, son nulas en este momento.

En el proyecto de resolución política para su 19 º Congreso (30 de noviembre-2 de diciembre), el PCP se limita a señalar que las futuras elecciones son una oportunidad sin precedentes para la construcción de la CDU. Al mismo tiempo, "la permanente apelación a una "izquierda plural "o una "izquierda moderna", de la que el Bloco sería sinónimo, evidencia una orientación sectaria, de una arrogancia inaceptable y de confrontación inocultable con el PCP".

Sin embargo, los cinco puntos del PCP para un gobierno de izquierda que rompa con la austeridad de la Troika son similares a los del Bloco, con la adición de un punto adicional sobre el relanzamiento de la demanda interna y la reducción de los costes y la competencia para las pequeñas y medianas empresas portuguesas.

Armindo Miranda, invitado del PCP a la convención Bloco, afirmó que "defendemos la creación de un gobierno de izquierda y patriótico con la participación de las fuerzas democráticas, sectores y personalidades que ... rompa con la política que está llevando a los hogares de los portugueses a la pobreza y el hambre ".

Unidad ¿sobre qué bases?

Cómo romper este impasse fue el tema central de debate en la convención del Bloco, donde se confrontaron dos posiciones alternativas: La Moción A ("La izquierda contra la deuda") y la Moción B ("Por una respuesta de lucha socialista") (Nota 1).

Para la Moción A un gobierno de izquierda debe (1) cancelar la deuda pública ilegítima y renegociar las condiciones de pago del resto, (2) restaurar los salarios y las prestaciones sociales, (3) nacionalizar los bancos que reciben subvenciones públicas, dar marcha a tras a las privatizaciones e impulsar la inversión pública para crear pleno empleo, y (4) introducir un nuevo sistema fiscal basado en la lucha contra el fraude e invertir la presión fiscal del trabajo al capital.

Un gobierno así "corresponde a un mapa político reconfigurado, capaz de influir inmediatamente en el campo político y social del Partido Socialista" y "exigir la plena disponibilidad del PCP y, sobre todo, un nuevo protagonismo popular".

Para la Moción B "un nuevo gobierno de la izquierda se negaría y revertiría las políticas de la troika, defendería firmemente el Estado de Bienestar, y trabajaría para la renacionalización de los servicios públicos esenciales y las industrias estratégicas".

A pesar de pedir la renegociación de la deuda pública, la Moción B no tenía una postura específica el sentido de que tenía que ser una condición previa para formar una alianza para un gobierno de izquierda. Por el contrario, afirmó que "sin diálogo y capacidad de compromiso, el Bloco se quedará sin espacio para crecer y expandir su influencia".

En los debates surgieron considerables diferencias en cuanto a qué sería exactamente un gobierno de izquierda, que compromisos aceptar con el fin de lograr su constitución y cómo aumentar la influencia del Bloco en el amplio espectro de la izquierda.

El otro tema fundamental de debate fue el funcionamiento interno del Bloco, al que la Moción B dedicó dos terceras partes de su texto para proponer cambios de los estatutos del partido en materia de exenciones de cuotas, sanciones a los miembros, sistemas de votación y reuniones nacionales de coordinadores.

"[Si hubiéramos] tenido el 20% que las últimas encuestas daban a Syriza en Grecia", lamentó João Madeira, portavoz de la Moción B. Mareira pidió "menos tacticismo y más audacia" en las relaciones del Bloco con el PS y el PCP , pero lo esto puede significar en la práctica no esta claro.

Madeira dijo que el crecimiento del Bloco de Esquerda ha sido lento teniendo en cuenta las posibilidades, y que el partido tenía que actuar menos como una fuerza parlamentaria y "más como los activistas sociales y políticos que somos" para aumentar su implantación en los movimientos sociales, especialmente a nivel local.

Daniel Oliveira, antiguo miembro de la ejecutiva nacional y un conocido periodista portugués, criticó como vaga la formula de un gobierno de izquierda ("una frase bonita para un cartel o un estado de ánimo"), diciendo que "en los próximos años no habrá un gobierno de izquierda que excluya el Partido Socialista ".

Al apoyar la Moción B dijo: "Podemos esperar hasta que las otras partes adopten las posiciones del Bloco en su totalidad y tengamos el perfecto frente de izquierda: nosotros y nuestros clones".

Los partidarios de la Moción A respondieron a esas críticas de varias maneras. El veterano dirigente e historiador Fernando Rosas, dijo, provocando un gran aplauso, que "la situación política va a cambiar mucho en los próximos meses, y habrá un gobierno de izquierda, lo quiera la dirección del Partido Socialista o no".

El nuevo coordinador nacional João Semedo, aunque aceptó que el espacio político del Partido Socialista es mucho mayor que su dirección y su fracción parlamentaria, rechazó una política de alianzas con un partido socialista que tiene "un pie en el memorandum de la Troika y el otro en la oposición". Semedo también rechazó la idea de que el Bloco debe convertirse en un socio menor del Partido Socialista, reproduciendo en la izquierda la función de socio menor del CDS-PP en relación con el PSD.

Según el nuevo coordinador nacional "el Bloco jugará su papel para ayudar a lograr la convergencia, sin sectarismos ni pretensiones de hegemonía", pero "los demás también deben desempeñar su papel". Al mismo tiempo, "nadie debe esperar que el Bloco ceda para a cambio de una porción de poder en una solución de mal menor para una "austeridad light".

Nueva mayoría social

Es evidente que el gobierno de izquierda promovido por el conjunto del Bloco de Esquerda es "poco realista", dado el actual equilibrio de fuerzas en la política portuguesa. Sin embargo, se basa en una sólida realidad, lo que Semedo llama "la nueva mayoría social".

Una iniciativa apoyada por el Bloco para dar expresión más organizada a esta nueva mayoría es el Congreso Democratico de Alternativas , convocado bajo el lema "Rescatar Portugal para un futuro digno". Su declaración final , esbozando las políticas de ruptura con la Troika y una nueva relación entre Portugal y Europa, fue adoptada en una reunión de 1.700 personas en la Universidad de Lisboa el 5 de octubre.

La consigna de un gobierno de izquierda también presupone que el aumento de la movilización social contra la Troika colocará al Partido Socialista ante la opción de desplazarse hacia la izquierda o perder sectores cada vez más importantes de su base social, como ha ocurrido con el PASOK en Grecia.

Un señal de la fuerza de esta presión fue la decisión en septiembre de 17 diputados del Partido Socialista de respaldar el recurso del Bloco ante el Tribunal Constitucional, que fue aceptado, contra la decisión del gobierno de reducir la tradicional paga extra de Navidad a los funcionarios públicos y los jubilados.

En su discurso en la conferencia Louçã agradeció la postura de los diputados del Partido Socialista, diciendo que "sabemos distinguir entre los compromisos individuales y la lógica del aparato del partido".

Al final del debate del congreso, la Moción A ganó el 80% de los votos, mientras que la Moción B obtuvo un 17%, con 3% de abstenciones. En las elecciones al consejo nacional de 80 miembros, la Moción A ganó 61 puestos y los partidarios de la Moción B 19.

Por último, si un gobierno de izquierda reemplaza a Passos Coelho ¿que podría lograr realmente contra los poderes de la Europa neoliberal? Eso dependerá de la solidaridad que reciba de la clase trabajadora en otros países europeos.

El Bloco de Esquerda es muy consciente de ello y hace especial hincapié en la dimensión europea. La convención se inaguró con una impresionante reunión internacional multilingüe para escuchar a los líderes de los partidos de izquierda, entre ellos Alexis Tsipras de Syriza (a través de vídeo-conferencia de Grecia), el dirigente de Front de Gauche francés, Jean-Luc Mélenchon, Cayo Lara, coordinador nacional de Izquierda Unida y la eurodiputada de Die Linke de Alemania, Gabriele Zimmer.

Todos los oradores no sólo denunciaron los crímenes de las políticas de austeridad, sino que plantearon alternativas. Por encima de todo, la reunión escenificó que las semillas de una Europa basada en la solidaridad, la justicia social y la igualdad entre las naciones ya están plantadas.

Esa realidad ayudó a la recién elegida coordinadora nacional Catarina Martins decir en la última sesión de la convención: "Queremos echar a este gobierno porque es un gobierno cuyo programa es empobrecer el país y merece ser despedido. Es un gobierno sin honor ".

Nota: (1) Las propuestas de las Mociones A y B pueden consultarse en http://www.bloco.org/index.php?option=com_content&task=view&id=2757 Para un debate precongresual entre ambas Mociones ver http://www.bloco.org/index.php?option=com_content&task=view&id=2775.

[Dick Nichols es el corresponsal europeo de Green Left Weekly y Links International Journal of Socialist Renewal, con sede en Barcelona. Asistió a la VIII Convención del Bloco de Esquerda como representante de la Alianza Socialista de Australia.]