Partido, clase y marxismo: ¿Era Kautsky “leninista”?
[Original article in English here]
By Eric BlancJune 3, 2016 – Links International Journal of Socialist Renewal traducido para Sin Permiso por G. Buster – En los últimos años, los socialistas han discutido encarnizadamente sobre la cuestión de los llamados “partidos amplios”. Muchos han defendido que hay que desechar el modelo "leninista" en favor de formaciones más amplias, como Syriza, Podemos, el Partido Laborista británico, los Verdes, etc. Otros han rechazado participar en este tipo de organizaciones, con el argumento "leninista" de que la construcción de partidos marxistas revolucionarios independientes sigue siendo la tarea de organización estratégica de los socialistas.
Entrelazado con este debate ha habido una seria reevaluación del propio "leninismo". En particular, después de la publicación del monumental Lenin Rediscovered de Lars T. Lih, se han abierto algunas grandes interrogantes: ¿Rompió Lenin en la teoría y / o práctica con la estrategia "ortodoxa" articulada por el teórico marxista Karl Kautsky? ¿Fueron los bolcheviques, en otras palabras, un "partido de nuevo tipo"?
Por desgracia, el debate ha pasado por alto hasta ahora una de las obras de Kautsky más reveladores sobre la construcción del partido revolucionario, su artículo de 1909 "¿Sectas o partidos de clase?". El artículo merece llegar a un público más amplio, ya que aclara la estrategia del Kautsky revolucionario (es decir, antes de su capitulación posterior ante la burocracia del partido alemán) y porque perspicazmente pone en cuestión las orientaciones políticas problemáticas que se han convertido en hegemónicas entre los socialistas de hoy.
Kautsky polemiza contra lo que él considera que son dos falsas estrategias puestas de manifiesto en el debate relativo a la afiliación en 1908 del Partido Laborista británico a la Segunda Internacional. Por un lado, algunos reformistas defendieron que el Partido Laborista, bastante amorfo, era una alternativa positiva a los partidos explícitamente marxistas. No menos erróneo, desde el punto de vista de Kautsky, fue el intento sectario del Partido Socialdemócrata británico (SDP) de construir directamente un partido marxista en Gran Bretaña al margen del Partido Laborista. El artículo de Kautsky intenta demostrar por qué no tenía sentido contraponer el proyecto de construir partidos obreros de masas independientes con los partidos estrictamente marxistas. Los primeros, según él, deben considerarse como un paso hacia estos últimos.
Uno de los aspectos más significativos de "¿Sectas o partidos de clase?" Es que destruye el mito tan repetido de que Kautsky buscó construir (como un reciente artículo de Kevin Corr y Gareth Jenkins en International Socialism afirma) un "partido de toda la clase", fundado sobre la "unidad en un sentido amplio en vez de la unidad en el sentido de la cohesión ideológica". Si alguna vez existió un ejemplo de tal partido ese fue el Laborismo británico. Sin embargo, Kautsky argumenta enfáticamente que los intentos de exportar este modelo a países con partidos de masas marxistas sería meramente "un intento de acabar con una forma superior de partido ya existente, y reemplazarla por otra más arcaica". Kautsky aboga claramente por un partido basado en "el socialismo marxista, la teoría de la lucha de clases proletaria como se deduce del estudio de la sociedad capitalista". De acuerdo con la concepción de Kautsky, los trabajadores necesitan un partido independiente; ese partido debe ser en la teoría y en la práctica marxista revolucionario; y si todavía no es cabalmente un partido marxista, el papel de los revolucionarios es empujar para que se transforme en él.
(Lenin, hay que señalar, compartía esta orientación "ortodoxa", tanto en lo que respecta a Rusia como a Gran Bretaña. Al expresar su acuerdo con la decisión de 1908 de admitir al Partido Laborista británico en la Segunda Internacional, el líder bolchevique argumentó que el Partido Laborista "representa el primer paso de las auténticas organizaciones proletarias de Gran Bretaña hacia una política de clase consciente y hacia un partido socialista de los trabajadores".)
Teniendo en cuenta que los laboristas británicos estaban dirigidos por líderes parlamentarios y sindicales ligados a los liberales y a la ideología burguesa, Kautsky defendió de manera muy "leninista" que hacía falta una organización revolucionaria propiamente dicha:
“La peculiaridad de Inglaterra consiste en el hecho de que las condiciones allí hacen necesario que los marxistas formen una organización sólida propia, que en los países donde existen partidos de masas con un programa socialdemócrata - es decir, marxista - serían superfluas. ... Sólo por medio de la propaganda marxista más energética entre las masas, y la crítica más decidida de los errores y los enredos de los líderes, el Partido (Laborista) podrá transformarse en una organización fuerte y confiable, en la lucha por la emancipación del proletariado”.
Kautsky criticó a los revolucionarios británicos no porque buscasen construir un partido estrictamente marxista, sino porque su negativa abstencionista a participar en el Partido Laborista británico les impedía alcanzar este objetivo en la práctica. Auto-proclamar un partido marxista no bastaba, ya que las condiciones distintas en diferentes países obligaba a aplicar tácticas flexibles para la construcción eficaz de partidos revolucionarios de masas.
En retrospectiva, el problema con el enfoque de Kautsky no era que defendiese un modelo de partido equivocado ( "el partido de toda la clase"), sino que, al igual que Lenin, subestimó el grado en que la burocratización de los partidos con un programa marxistas, como el SPD alemán, los hizo en la práctica similares al Laborismo británico. Se podría argumentar que la tragedia de la izquierda revolucionaria de la Segunda Internacional fue que la estrategia "leninista" que Kautsky defendió para Gran Bretaña - es decir, la organización de una corriente revolucionaria marxista propia con el objetivo de superar el reformismo dentro de los partidos socialistas de masas - no se aplicó en el resto de Europa también. Sólo después de las traiciones históricas de las burocracias obreras en 1914, Lenin y (finalmente) Rosa Luxemburgo adaptaron sus estrategias de organización para Europa.
A pesar de esta y otras deficiencias en el texto de Kautsky – incluida entre otras una seria subestimación de la acción de masas - me parece que la orientación estratégica general que invoca sigue siendo hoy más relevante que en 1909. Si bien la ausencia de un partido de masas marxista en Gran Bretaña fue excepcional en su momento, hoy se ha convertido en la norma.
Por desgracia, las dos orientaciones criticadas por Kautsky - que contraponen ambas la construcción de partidos amplios y de partidos marxistas - se han convertido en hegemónicas. De hecho, las posiciones contra las que polemizaba Kautsky en 1909 eran en algunos aspectos más avanzadas que sus formulaciones contemporaneas. Los defensores reformistas del modelo de partido amplio de la Segunda Internacional al menos defendían una organización de la clase obrera, mientras que en la actualidad es habitual que muchos socialistas promuevan formaciones populistas interclasistas (o que incluso participen en estructuras capitalistas, como el Partido Demócrata de Estados Unidos). A su vez, el sectario SDP. Británico - contra el cual Kautsky polemizó por creer que podría transformarse directamente en un partido de masas - tenía aproximadamente unos 13.000 miembros, mientras que los defensores hoy de su mismo enfoque a menudo solo agrupan a unas docenas o cientos de militantes.
La experiencia de las últimas décadas parecería demostrar que mientras que los partidos amplios no marxistas no pueden superar de manera efectiva el capitalismo, los proyectos de construcción de partidos marxistas probablemente fracasarán si están divorciados de los esfuerzos más amplios para construir una representación política de masas de y para la mayoría de la clase trabajadora. Los socialistas de hoy harían bien en redescubrir esta olvidada contribución de Kautsky de 1909 y reconsiderar su conclusión estratégica:
“No es una cuestión de si preferimos un pequeño y decidido partido socialdemócrata a un partido amplio de clase sin un programa definido ... Una organización socialista del tipo del SDP (británico) es tan insuficiente por sí mismo como el Partido Laborista. Debemos alentar ambos”.
Eric Blanc es historiador del movimiento socialista y activista californiano, y autor de Anti-Colonial Marxism: Oppression & Revolution in the Czarist Borderlands, 1881-1917 (Materialismo histórico, Brill Publishers).