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By Michael A. Lebowitz
[Translation by J. Duckworth]
A medida que el primero de mayo se acerca, vale la pena recordar cuatro aspectos sobre ese día:
1. Para l@s trabajador@s el primero de mayo no es la celebración de un
día feriado estatal, ni un regalo de él, sino que conmemorara es la
lucha —desde abajo— de l@s trabajador@s.
2. Inicialmente, el primero de mayo se centraba en la lucha por una jornada laboral mas corta.
3. La lucha para una jornada laboral mas corta no es una lucha aislada sino la lucha contra la explotación capitalista.
4. La lucha contra la explotación capitalista es una parte esencial
pero no es la única parte de la lucha general contra el capitalismo.
Hoy quiero exponer algunas ideas que se refieren tanto a la jornada
laboral capitalista como a la socialista y espero que ellas puedan ser
útiles en la lucha actual en Venezuela y que sirvan, de manera más
inmediata, a los debates de hoy.
¿Cual es la relación entre la jornada laboral capitalista y la
explotación? Cuando l@s trabajador@s laboran para el capital, cobran un
salario que les permite comprar una cantidad determinada de mercancías.
¿Cuánto es este salario? El nivel de los salarios no ha tenido nada de
automático sino que se ha determinado a través de las luchas de l@s
trabajador@s contra el capital.
Estas mercancías que constituyen el salario de l@s trabajador@s
contienen una cantidad determinada de trabajo y muchas veces se llaman
a estas horas diarias de trabajo “el trabajo necesario” de l@s
trabajador@s, es decir: – las horas de trabajo que se requiere para que
l@s trabajador@s produzcan las mercancías que consumen cada día.
Sin embargo, bajo el capitalismo, l@s trabajador@s no laboran solamente
las horas del trabajo necesario. No, el capitalista puede exigir que
trabajen más horas porque, para poder sobrevivir, les ha obligado a
vender su capacidad de trabajo. La diferencia ente sus horas de trabajo
necesario y el total de horas que trabajan l@s trabajador@s para el
capitalista constituye el trabajo excedente – y es en ultima instancia,
la fuente de las ganancias del capital. Es decir, las ganancias de los
capitalistas se basa en la diferencia entre la jornada laboral y el
trabajo necesario: se basan en el trabajo excedente, el trabajo no
pagado, es decir, la explotación.
Ahora, cuanto más el capitalista puede hacer extender la jornada
laboral, más grande será la explotación y más grande sus ganancias.
Marx observó que “el capitalista pugna constantemente por reducir los
salarios a su mínimo físico y prolongar la jornada de trabajo hasta su
máximo físico”. ¡Que verdad! Sin embargo Marx más adelante señaló
que,“el obrero presiona constantemente en el sentido contrario”. Es
decir, la lucha de clases: l@s trabajador@s luchan para aumentar sus
salarios y reducir la jornada laboral; luchan para reducir su
explotación por los capitalistas.
Obviamente su jornada laboral es más amplia que las horas que pasan
entre firmar al entrar al trabajo y al salir. Está el tiempo que les
lleva llegar a su lugar de trabajo, el tiempo que se necesita para
comprar la comida necesaria para sobrevivir, el tiempo se necesita para
cocinarla – todo esto es, también, realmente, trabajo necesario y forma
parte integrante de la jornada laboral del trabajador. Sin embargo,
visto que este trabajo es gratis al capitalista, visto que para él no
es un costo, le es invisible. Entonces, cuando el capitalista pugna por
reducir el trabajo necesario mediante una reducción en los salarios (o
mediante un incremento en la productividad con relación a los salarios)
no es que quiere reducir el trabajo que no paga, sino lo que quiere es
el máximo posible de trabajo gratis, el máximo posible de trabajo no
pagado.
No hay por qué sorprenderse que l@s trabajador@s quieran reducir el
trabajo no pagado que hacen para el capital y tratan de hacerlo
luchando por reducir la jornada laboral capitalista. Sin embargo, no es
solamente el trabajo no pagado que lo que es una carga para l@s
trabajador@s; también lo es el trabajo pagado que están obligad@s a
hacer para el capitalista. Es decir, la explotación no es el único
problema. También existe la manera en que la producción capitalista
deforma a l@s trabajador@s. En el lugar de trabajo capitalista, l@
trabajador@ trabaja en función de las metas del capital, bajo el
control del capital y donde la producción esta organizada de una manera
que no permite a l@s trabajador@s desarrollar sus capacidades sino que
tiene como su única meta realizar ganancias. “Todos los métodos para
desarrollar la producción, mutila al trabajador haciendo de él un
obrero parcial”, enfatizó Marx con referencia al capitalismo, “lo
degradan y le enajenan al obrero las potencias intelectuales del
proceso laboral”. Es decir que el proceso de producción capitalista nos
mutila como seres humanos. La vida en el centro de trabajo capitalista
es una vida en la cual nos ordenan desde arriba, donde no somos nada
más que herramientas que manipula el capital para realizar ganancias.
Por esto queremos reducir la jornada laboral. Por esto no podemos
esperar para escapar. No solamente queremos escapar de la explotación y
de la injusticia en la distribución de los ingresos. Las horas lejos de
la producción capitalista nos parecen las únicas horas cuando podemos
ser nosotros mismos, horas cuando nuestra actividad puede ser libre,
horas para el pleno desarrollo del individuo.
Tiene que ser así necesariamente dentro del capitalismo. Sin embargo,
tenemos que reconocer que muchas de nuestras ideas están infectadas. El
ejemplo más obvio es el del consumismo – tenemos que comprar todas
estas cosas. Lo que nos pertenece nos define. La respuesta socialista,
sin embargo, no es que todo el mundo debe tener las mismas cosas –es
decir, la igualdad de la enajenación. Más bien, la idea socialista es
terminar con la situación en la cual las cosas nos poseen y nos
definen.
La batalla de ideas, que es fundamental en la lucha por el socialismo,
se basa en la concepción alternativa de socialismo. Su idea central no
es reformar esta idea o esa que se ha desarrollado dentro del
capitalismo; es más bien, sustituir las ideas del capitalismo por unas
concepciones adecuadas al socialismo. ¿Ahora, nuestra idea de la
jornada laboral, está ella infectada? Además, ¿podemos comprender bien
la jornada laboral pensando en la jornada laboral bajo el socialismo?
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Primero, ¿que entendemos por socialismo? La meta de los socialistas
desde siempre ha sido crear una sociedad que permitiría el pleno
desarrollo del potencial humano. Nunca se concibió como una sociedad en
donde algunas personas pueden desarrollar sus capacidades y otras no lo
pueden hacer. Esto es lo que quería decir Marx cuando declaró
claramente que la meta es “una asociación donde el libre desarrollo de
cada una depende del libre desarrollo de todos”. Y es hacia esta meta
que apunta la constitución bolivariana cuando enfatiza en su artículo
20 “que toda persona tiene derecho al libre desenvolvimiento de su
personalidad”, y cuando reconoce explícitamente en su artículo 299 que
la meta de una sociedad humana debe ser la de “asegurar el desarrollo
humano integral”.
Tal como destacó Marx, a diferencia de una sociedad capitalista, donde
l@s trabajador@s existen para satisfacer la necesidad” del capital de
expandirse, en una sociedad socialista la riqueza que l@s trabajador@s
han producido “existe para satisfacer la necesidad del trabajador de
desarrollarse”. Ahora bien, ¿cómo es la naturaleza de la jornada
laboral en una sociedad que se orienta a asegurar el desarrollo
integral?
Comencemos hablando del trabajo necesario – cuantitativamente. Existe
el trabajo que está en los productos que consumimos cada
día—exactamente como antes. Sin embargo hay que sumar a esto el trabajo
que l@s trabajador@s quieren dedicar a la expansión de la producción
futura. Bajo el socialismo, no hay capitalistas que obliguen a l
trabajador@s a ejecutar el trabajo excedente y quienes invierten una
parte de las ganancias en la búsqueda de ganancias futuras. En vez de
lo anterior, l@s trabajador@s mism@s en su centro de trabajo y en la
sociedad deciden si quieren dedicar su tiempo y su esfuerzo a expandir
la satisfacción de sus necesidades en el futuro. Si es así que lo
deciden, este trabajo no es un excedente a sus necesidades; es parte de
los que ell@s consideran su trabajo necesario. Así, el concepto del
trabajo necesario cambia.
Además, en una sociedad socialista, reconocemos explícitamente que una
parte de nuestro trabajo necesario está en el hogar. Es decir,
reconocemos que nuestra jornada laboral no empieza después de que
salgamos de la casa sino que incluye lo que hacemos en el hogar. El
articulo 88 de la constitución bolivariana reconoce cuan importante es
este trabajo cuando dice que el trabajo del hogar es “actividad
económica que crea valor agregado y produce riqueza y bienestar
social”.
El concepto del trabajo necesario de nuestra jornada laboral en una
sociedad socialista también incluye el trabajo que se requiere para
auto-gobernar nuestras comunidades. Después de todo, si el socialismo
tiene que ver con las decisiones que tomamos democráticamente en
nuestras comunidades, entonces el tiempo que necesitamos para
participar en él forma parte de nuestro trabajo necesario. Del mismo
modo, si el socialismo tiene que ver con la creación de la condiciones
en las cuales tod@s podemos desarrollar nuestro potencial personal,
entonces el proceso para educarnos y para desarrollar nuestras
habilidades también es una actividad que se integra a nuestro trabajo
necesario.
En resumen, cuando pensamos en la jornada laboral socialista, pensamos
en ella de una manera distinta. Nuestra opinión sobre la cantidad del
trabajo necesario, por ejemplo, no está distorsionada por la
perspectiva capitalista que ve como necesario sólo el trabajo que el
capitalista debe pagar. Esta es la diferencia entre la economía
política del capital y la economía política de la clase obrera. Desde
la perspectiva de l@s trabajador@s, reconocemos como trabajo necesario
todo este trabajo que sea necesario a “la necesidad del trabajador de
desarrollarse”.
Sin embargo la diferencia no es solamente cuantitativa. En el
socialismo, la jornada laboral no puede ser una jornada donde recibes
ordenes desde arriba (incluso en las industrias estratégicas) Más bien,
es solamente a través de nuestra actividad, nuestra práctica o nuestro
protagonismo que podemos desarrollar nuestras capacidades. El artículo
62 de la constitución enfatiza este punto cuando afirma que la
participación del pueblo “es el medio necesario para lograr el
protagonismo que garantice su completo desarrollo tanto individual como
colectivo”. Es decir, en cada especto de nuestras vidas, (el centro de
trabajo tradicional, la comunidad, el hogar), la toma democrática de
decisiones es una característica necesaria de la jornada laboral
socialista; a través de los consejos de trabajador@s, los consejos
comunales, los consejos de estudiantes, los consejos familiares, nos
producimos como nuevos sujetos socialistas.
Por lo tanto, cuando miramos la jornada laboral desde la perspectiva
del socialismo, vemos que la simple demanda de reducir la jornada
laboral es una demanda que surge dentro del capitalismo. Su mensaje es
sencillo – ¡pongan fin a este horror! Se refiere a un concepto
“infectado” sobre la jornada laboral. Porque tiene como punto de
partida una opinión sobre el trabajo como algo tan horroroso que la
única cosa que se puede pensar hacer con él es reducirlo y acabarlo.
Cuando pensamos en construir el socialismo, sin embargo, reconocemos
que la demanda es transformar la jornada laboral – es reconocer
explícitamente todas las partes de nuestra jornada laboral y
transformarla cualitativamente. En vez de ver al “tiempo libre” como el
único tiempo en el que podemos desarrollarnos, desde la perspectiva del
socialismo es esencial hacer del día entero un tiempo para construir
las capacidades humanas.
En resumen, hay dos manera de ver la demanda por una jornada laboral
reducida: una habla simplemente de una semana laboral reducida y por lo
tanto, vacaciones de fin de semana extendidas: en contraste, la segunda
enfatiza la reducción de la jornada laboral tradicional para liberar
tiempo para la educación, para nuestra trabajo en el hogar y en
nuestras comunidades Es decir, es la demanda de redefinir y transformar
nuestra jornada laboral.
La primera manera de ver la jornada laboral es verlo simplemente como una reforma que cabe en el capitalismo
Para l@s socialistas, el primero de mayo debe ser el día en el cual
luchamos por el día entero de l@s trabajador@s, en el cual luchamos por
la jornada laboral socialista.
[Este texto fue presentado como un comentario inicial para la discusión
en el evento “Mesa redonda sobre la reducción de la jornada laboral”
que tuvo lugar en el Centro Internacional Miranda el 24 de abril, 2008.
Traducido por J. Duckworth. http://www.aporrea.org/trabajadores/a55819.html]