Tailandia: Resolver la crisis a través de la democracia, no con la represion
Tailandia se encuentra en una profunda crisis. Las cargas policiales y
militares han matado a 21 personas y herido a unas 900. Los “camisas
rojas” protestan por la falta de libertades en el país. Os envío la
declaración solidaria con la lucha del pueblo tailandés suscrita por
organizaciones de Malasia, Indonesia, Tailandia, Filipinas y Australia. (Gracias G. Buster.)
Declaración regional conjunta de Partido Socialista de Malasia
(PSM), Asociación de Trabajadores de Indonesia (PRP), Partido
Democrático del Pueblo (PRD), Giro a la Izquierda de Tailandia,
Alianza Socialista de Australia, Partido Lakas ng Masa
Filipinas
Estamos profundamente preocupados por la actual situación en Tailandia donde el primer ministro que está apoyado por los militares Ahbisit Vejjajiva ha declarado el estado de emergencia y ha empezado una sangrienta campaña en medio de una escalada de protestas pidiendo nuevas elecciones.
La situación es preocupante ya que el gobierno tailandés ha clausurado todos los medios de comunicación de la oposición y ha dado nuevos y amplios poderes a las fuerzas de seguridad para que se prepare para una campaña de violencia contra los Camisas Rojas que se manifiestan. Las tropas tailandesas están usando una fuerza excesiva que incluye tanques y munición real contra los manifestantes en Bangkok.
El Frente Unido por la Democracia Contra la Dictadura (UDD) o más conocidos como Camisas Rojas ha relanzado desde el mes de marzo masivas protestas contra el gobierno no electo y puesto por los militares de Ahbisit. Este movimiento prodemocrático está integrado por pobres del campo y las ciudades, que se levantan contra el dominio de la oligarquía instalada por los militares.
La actual crisis comenzó en septiembre del 2006, cuando los militares organizaron un golpe contra el gobierno de Thaksin Shinawatra, abolieron la Constitución popular de 1997 y la sustituyeron con una constitución autorizada por el ejército. Los monárquicos Camisas Amarillas empezaron a organizar manifestaciones fascistas cuando los partidarios del partido pro-Thaksin ganaron las elecciones de 2007. El actual gobierno de Ahbisit fue puesto por los militares después de las movilizaciones fascistas de los Camisas Amarillas y de un golpe de los tribunales.
El gobierno, el ejército y los Camisas Amarillas tienen miedo de
enfrentarse a unas elecciones democráticas reales, porque saben que
perderían ya que la mayoría de los pobres apoyan a los Camisas Rojas.
Ahbisit y la élite en el poder no quieren hablar de elecciones e
intentan ganar tiempo e incluso prepararse para un choque violento. Cada
vez está más claro que Ahbisit y la vieja élite están llevando al país
hacia una dictadura fascista.
Tailandia ha entrado en una nueva fase de la lucha de clases. La vieja élite gobernante con el respaldo de los militares está utilizando todos los medios a su alcance para abolir la democracia en Tailandia. Los prodemocráticos Camisas Rojas comprenden la mayoría de la clase trabajadora, campesina y pobre ha mostrado su verdadera popularidad y fuerza movilizadora que definitivamente ha sacudido a los monárquicos y a los militares. Con el amplio apoyo de las masas a los Camisas Rojas, podría ser un importante y novedoso paso en la lucha de la gente corriente en Tailandia para la restauración de la democracia y la justicia social.
Llamamos a:
- La dimisión inmediata del gobierno de Ahbisit puesto por los militares y la convocatoria de nuevas elecciones democráticas.
- Un alto de todas las formas de violencia contra los manifestantes de los Camisas Rojas. Respeto al derecho de la gente de organizarse, protestar y hacer huelga.
- Un alto en la supresión de derechos democráticos y reapertura de los medios de comunicación.
- Que el gobierno tailandés no recurra a ningún golpe militar.
La actual crisis en Tailandia solo puede resolverse a través de una democracia auténtica y de poder popular. Enviamos nuestro apoyo y solidaridad a todos los trabajadores, campesinos y pobres de Tailandia que luchan contra el gobierno antidemocrático y por la restauración de una democracia verdadera.