Filipinas: crisis política y el callejón sin salida de la izquierda

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Por Reihana Mohideen

10/05/2015 – Sinpermiso – Si bien la renuncia de Walden Bello como representante en el Congreso de Akbayan debe ser bienvenida, también ha puesto de manifiesto la crisis y el fracaso del movimiento de izquierda y progresista y su incapacidad para construir una alternativa viable al actual régimen de las élites. Además, ha puesto de manifiesto el fracaso de las políticas electorales pragmáticas de la izquierda filipina.

Una pregunta importante que se plantea es, ¿cómo puede la izquierda responder a la reciente crisis política y darle una salida progresista, a fin de que beneficie a la Masa (masas) y no a una de las facciones de la elite gobernante? Teniendo en cuenta que las principales facciones de la élite no son capaces de presentar una alternativa creíble, ello proporciona la izquierda una oportunidad única, para defender y ganar apoyo popular a una alternativa de izquierda al gobierno de las elites filipinas.

Otra de las características de la crisis actual, sin embargo, es la crisis política de la propia izquierda. Desde hace varias décadas la izquierda ha sufrido su propia crisis, incapaz de desarrollar la estrategia y las tácticas necesarias para ganar apoyo popular para una alternativa progresista al sistema en crisis.

Las tácticas electorales de la izquierda basadas en la fórmula de "ganar a cualquier precio", que justifican los acuerdos descaradamente oportunistas con políticos tradicionales (Trapo), han fracasado: desde la alianza de Bayan Muna con Gloria Macapagal Arroyo (GMA), cuando era la lista oficial del régimen de GMA que le permitía ganar el mayor número de escaños de cualquier bloque de izquierda en el Congreso, a la alianza de Akbayan con el presidente Benigino "Noynoy" Aquino y el Partido Liberal. Bayan Muna y el bloque Makabayan no han sido capaces de superar su "base" de aproximadamente 3 millones de votantes y ganar un escaño en el Senado. Akbayan obtuvo menos votos en 2013 y tuvo peor resultados en las votaciones en el Senado cuando formaba parte de la coalición del gobernante Partido Liberal que en 2010.

2016 amenaza con otra potencial debacle electoral para la izquierda, y algunos sectores especulan con posibles alianzas electorales con la dinastía Binay, un auténtico trapo, e incluso con Duterte, un neo-fascista.

Las tácticas electorales oportunistas de la izquierda han sido extremadamente perjudicial. Han impedido que la izquierda utilizara de forma eficaz la arena electoral para desarrollar una alternativa político-electoral de izquierda progresista y anti-neoliberal en el país. También ha contribuido a la desmovilización del movimiento de masas, el salvavidas de la izquierda. Han debilitado a la izquierda como una fuerza política efectiva, capaz de movilizar hasta el punto de ser una alternativa seria y hacer mella en el sistema político de las élites del país.

Por consiguiente, la izquierda es una parte del problema. Refleja y manifiesta la crisis política que enfrentamos hoy.

El fracaso inevitable del régimen Noynoy

La crisis que enfrenta el régimen Noynoy se ha gestado desde hace algún tiempo. Las revelaciones de Napoles [1] sobre la corrupción de toda la clase política han puesto de manifiesto su egoísmo y podredumbre.

La política exterior pro-estadounidense del régimen se ejemplifica en el Acuerdo Mejorado de Cooperación de Defensa, que algunos han argumentado que hace más concesiones de nuestra soberanía nacional que incluso los acuerdos firmados por la dictadura de Marcos para el establecimiento de las bases estadounidenses.

La debacle Mamasapano [2] ha puesto de relieve aún más el alcance de la intervención de Estados Unidos en nuestros asuntos nacionales con el pretexto de la "guerra contra el terror", con la complicidad de la Administración presidencial de Malacañang, provocando una situación de guerra total en Mindanao. Puede que haya impedido de forma definitiva la adopción de la Ley Básica Bangsamoro (BBL) y cualquier posibilidad de paz provisional en Mindanao.

Al tiempo que exigimos que el presidente rinda cuentas, también debemos exigir que los líderes de Akbayan en el gabinete presidencial rindan cuentas y ¡digan la verdad!

A ello hay que sumar la crisis climática y diversas cuestiones relacionadas con la insuficiente respuesta a los desastres naturales del gobierno, el desempleo masivo, sobre todo el desempleo masivo de la juventud, la falta de infraestructuras y la crisis energética y los graves problemas a largo plazo que enfrenta una educación pública en decadencia y los sistemas sanitarios.

Los lamentos de plañidera de que Filipinas es el "caso perdido" de Asia reflejan la pobreza extrema, el hambre, la desnutrición y la falta de vivienda que afecta a un número cada vez mayor de la población.

Cuando fue elegido, muchos predijeron que sería inevitable una crisis política durante la presidencia de Noynoy Aquino. Este régimen es un régimen típico post-Edsa [3]: comprometido con el neoliberalismo e incapaz de enfrentarse o poner limites a las dinastías que controlan el sistema político. Los problemas de fondo del sistema simplemente se han perpetuado bajo el gobierno de Aquino. Desde el principio la capacidad del presidente, que ahora ha revelado su torpeza e ineficacia, también estaba en duda. La desmovilización del movimiento de masas, en parte debido a la coalición de Akbayan con el partido del gobierno, puede haber sido el factor que ha evitado la crisis hasta bien entrado el segundo mandato del presidente.

Mamasapano es la última de toda una serie de cuestiones que han hecho que el régimen haya perdido apoyo de las masas. Mamasapano no es sólo una falta de liderazgo. Es también una indicación de la profundidad de la crisis de todo el sistema socioeconómico y político del capitalismo filipino. Es la prueba una vez más de que ningún régimen pro-elite, pro-capitalista en este país es capaz de ofrecer soluciones reales a largo plazo, o incluso poner en marcha los primeros y necesarios pasos para encontrar una salida a la búsqueda de los Bangsamoro de su autodeterminación.

El fracaso del régimen Noynoy en este asunto también ha creado una situación peligrosa facilitando la ofensiva de la extrema derecha. Lo que debe recordarnos que si la izquierda no es capaz de construir una alternativa, hay otros, como la extrema derecha, que están esperando la oportunidad para hacerlo.

La izquierda en un punto muerto

La situación que enfrenta la izquierda al día de hoy es sombría: una base organizada más pequeña y menguante; un movimiento de masas desmovilizado; y no hay perspectivas de un apoyo electoral significativo en el período previo a las elecciones de 2016. La izquierda, en su posición actual, es incapaz de avanzar una alternativa frente a la crisis política que enfrenta el régimen Noynoy y la oposición de las élites. La izquierda está en un callejón sin salida.

¿Cómo podemos romper este callejón sin salida? Esa es la pregunta clave. No hay soluciones obvias y fáciles. Se requerirá una enorme cantidad de voluntad política y de esfuerzo colectivo. Será necesario una renovación de largo alcance, una transformación, de la izquierda. Exigirá la formación de una nueva centralidad política de izquierda.

Ello implica los debates que ya están teniendo lugar y una evaluación honesta de los problemas que enfrentamos. Significará estar dispuestos a deshacerse de fórmulas ritualizadas de trabajo y actividad política. Se requerirá una perspectiva política no sectaria. Tenemos que volver a aprender nuevas formas de hacer política, nuevas formas de hacer campañas y estar dispuestos a intentar cosas nuevas. Tenemos que ser capaces de llegar a los nuevos sectores que se radicalizan y fomentar y estimular el crecimiento de nuevos movimientos.

Este es un enfoque muy diferente de saltar sobre ellos cuando surgen y dividirlos entre las distintas facciones de izquierda. Tenemos que llevar a cabo actividades de sensibilización y concienciación así como actividades educativas, diferentes formas de propaganda. Tendremos que hacer un gran esfuerzo para volver a las calles, a las movilizaciones reales de aquellos que están más allá de nuestra propia base y los ejercicios de recogida de fondos impulsados por ONG, que pasan actualmente por "movilizaciones" de la izquierda.

Los elementos clave de una política alternativa tienen necesariamente que:

1. Desafíar el control de los clanes / dinastías / oligarquías sobre nuestro sistema político y los dictados del neoliberalismo económico.

2. Situar el resurgimiento de las luchas de masas y los movimientos en el corazón y el centro, de manera que puedan representar un serio desafío y convertirse en un contrapeso a las políticas de las dinastías oligárquicas y el neoliberalismo económico y

3. Utilizar activamente la arena electoral para propagar una política alternativa, a fin de plantear las cuestiones, crear conciencia entre la gente y redefinir la centralidad política de una forma progresista.

La forma de organización amplia de este nuevo centro político podría ser una coalición político-electoral de las fuerzas de izquierda y progresistas.

Hay implicaciones teóricas e incluso ideológicas en relación con los objetivos socialistas de nuestra lucha, que tendremos que discutir. ¿Cómo entendemos el socialismo del siglo XXI en el contexto asiático y regional? ¿Cómo popularizar las ideas socialistas en Filipinas hoy y ganar a la nueva generación al socialismo? ¿Cuáles son las reivindicaciones transitorias que orientan una política alternativa hacia el socialismo?

Algunas de las lecciones de las luchas más avanzadas contra el neoliberalismo y por alternativas políticas actuales, como las de América Latina y Grecia, sobre la base de nuevas fuerzas políticas y la renovación de la izquierda, tienen que continuar inspirando e impulsando nuestro curso político.

Notas

1. Las "revelaciones Napoles" se refieren a una importante revelación de la corrupción y el saqueo de fondos públicos destinados a la ayuda al desarrollo en las comunidades locales (o al Fondo Prioritario de Ayuda al Desarrollo), que implicaban al Congreso y el Senado filipinos y a altos funcionarios del gobierno y los departamentos. Janet Lim-Nápoles, un “directivo” de una ONG falsa, estuvo involucrado en la estafa y finalmente fue el chivo expiatorio de la casta política como la “mente pensante” detrás del saqueo de los fondos.

2. La "debacle Mamasapano” fue una operación de la “guerra contra el terror” llevada a cabo en la ciudad de Mamasapano, en Mindanao, para eliminar a dos presuntos terroristas buscados por el gobierno de Estados Unidos. Planificada por el gobierno de Estados Unidos con el conocimiento y apoyo de la presidenta de Filipinas. Terminó en un fiasco cuando la Fuerza de Acción Especial de la Policía Nacional de Filipinas entró ilegalmente en el territorio del Frente Moro de Liberación Islámica (FMLI, la más importante de las fuerzas de liberación que luchan por la autodeterminación en Mindanao), lo que provocó un enfrentamiento militar entre los dos grupos y la muerte de más de 60 personas, entre ellas 44 agentes de policía, miembros del FMLI y población civil. El incidente ha socavado gravemente el proceso de paz entre el FMLI y el Gobierno de Filipinas.

3. Sobre el proceso político habido desde la caída de Marcos a la revuelta contra Gloria Macapagal Aquino, el lector puede consultar con provecho "Revuelta del Poder del Pueblo en Filipinas: Lecciones y Perspectivas" de Sonny Melencio http://www.deltagandedemokrati.se/Filer/File/Manila%20Conference/Melencio,%20spanska.pdf

[Reihana Mohideen es presidenta de la ONG Transform Asia y miembro del Consejo Nacional del Partido Lakas ng Masa (Partido de las Masas Trabajadoras) de Filipinas.]

Traducción para www.sinpermiso.info: Enrique García

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